El sábado 16 de junio Clarín publicó una nota titulada ¿Por qué nadie vio venir la crisis argentina?, en la que se sostenía, entre otras cosas, que la velocidad a la que se deterioró el peso sorprendió al Gobierno y a los mercados: "Esto puso, una vez más, en evidencia los límites de la economía". Esta lectura, en la que se pone énfasis en el carácter sorpresivo y repentino de la actual crisis, coincide con la línea analítica propuesta por el gobierno. Al respecto, el Presidente Mauricio Macri sostuvo recientemente, en una entrevista concedida a Jorge Lanata: "Veníamos bien, pero de golpe pasaron cosas, porque también el mundo está volátil".
A continuación, exponemos la opinión de una serie de analistas que desde el comienzo del gobierno de Cambiemos advirtireron de distintas formas y en reiteradas oportunidades las bases endebles en las que se apoyaba este modelo económico. Aunque poco escuchados en su momento por el gobierno y el periodismo oficialista, el tiempo parece haberles dado la razón.
Alfredo Zaiat (febrero de 2016):
Fuente: Página 12
Claudio Scaletta (marzo de 2016):
Fuente: Página 12
"El acuerdo para el pago a los fondos buitre no es una acción de gobierno aislada, sino la consolidación de un cambio de régimen económico que conduce a un nuevo ciclo largo de endeudamiento y de pérdida de grados de libertad de la política económica. Funcionarios, economistas, legisladores y gobernadores repitieron a coro que la nueva maravilla, gracias a la entrada de capitales y nuevo endeudamiento, permitirá morigerar el ajuste fiscal al que obligaría la pesada herencia recibida. Esta idea, que se repite acríticamente, se basa en un grave error conceptual: prácticamente ninguno de los gastos que contribuyen al déficit fiscal es un gasto en divisas. Se matiza entonces que, en realidad, la deuda futura servirá para financiar obras de infraestructura. Otra vez: el grueso de los costos de las obras de infraestructura se abonan abrumadoramente en pesos".
David Cufré (abril de 2016):
Fuente: Página 12
Pablo Manzanelli (mayo de 2016):
Fuente: NAN
"El problema de la economía argentina no es que el Estado gastaba más de lo que recaudado sino la restricción externa, la falta de dólares. El verdadero núcleo de discusión debería ser ése".
Hernán Letcher y Julia Strada (mayo de 2016):
Fuente: Economía Política para la Argentina
"El ingreso de divisas por deuda y mejora de balance comercial por cereales y oleaginosas se utilizó para financiar la fuga de divisas y compras de importaciones. Además de provocar un aumento de la inflación, la “salida del cepo” esfumó el balance comercial positivo por la liquidación de cosecha a un precio mejor para los exportadores del agro. A la vez, para amortiguar la salida de dólares habilitaron un segundo negocio: la emisión de LEBAC al 38% tenía el objetivo de frenar la compra de dólares. Con el macrismo entonces se habilitaron dos negocios, las ganancias que proporciona la compra de LEBAC y la fuga de divisas".
Mariano Kestelboim (junio de 2016):
Fuente: Loro Político
"La incidencia de las políticas adoptadas hasta el momento yo creo que no han servido para poder reimpulsar un nuevo ciclo de crecimiento. El dólar, aún con la devaluación, está atrasado como para activar inversiones. La inversión privada entonces no va a ser un motor de crecimiento. El dinamismo de la cosecha tampoco va a ser suficiente. Queda solamente la inversión pública. Están anunciando grandes planes de inversión pública vía endeudamiento. El déficit fiscal va a mantenerse, y esa inversión pública tardará en tener impacto, y además es reducido, y no alcanzar para contrarrestar una depresión del consumo fenomenal. No creo, en síntesis, que la economía pueda reactivarse en el segundo semestre. Incluso creo que va a haber un problema de atraso cambiario. A este ritmo, a fin de año el atraso cambiario que va a tener la economía argentina va a ser el mismo que había antes de la devaluación de enero 2014. En ese atraso se combinan muchos elementos: inflación nacional e internacional, depreciación de monedas de socios argentinos. Este atraso cambiario, similar al del momento pre-devaluación 2014, con el agravante de que hasta ese momento la economía estaba creciendo, ahora no. Yo estimo que la situación va a ser muy complicada, sobre todo para las ramas industriales que abastecen el mercado interno, que van a ser cada vez más desplazadas por las importaciones y que no van a poder exportar a Brasil ni a otros socios de la región. El contexto internacional es muy negativo y la economía local no va a poder revertirse solo con obra pública".
Emmanuel Álvarez Agis (junio de 2016):
Fuente: Tesis 11
"Este blanqueo no obliga a ingresar el dinero al país. Ergo, su efecto sobre la economía va a ser muy bajo. Si el Gobierno quiere la famosa “lluvia de dólares”, deberían dejar de escupir para arriba: nadie en su sano juicio va a ingresar dólares a la economía argentina en un contexto de recesión, inflación que se acelera, altas tasas de interés y despidos masivos.
Si hoy sobran los dólares, es sencillamente porque faltan los pesos. Lo complejo era resolver la escasez de dólares sin sacarle los pesos del bolsillo a la gente. Haciendo esto último, resulta muy fácil desarmar falsos cepos".
Andres Asiain (julio de 2016):
Fuente: Loro Político
"Esas son las dos formas o propuestas que presenta el macrismo para superar las restricciones que se le plantearon también al kirchnerismo. En verdad ninguna de las dos es realmente superadora de dichas restricciones, porque una plantea solamente reducir la capacidad de consumo y de crecimiento, es solamente administrar el subdesarrollo. Y la otra, basada en el endeudamiento, es patear el problema para adelante, y no tiene sustentabilidad en el largo plazo. ¿Quién va a venir a invertir con una inflación del 40%? Traes la plata, tres meses y te vas otra vez porque devalúan. No digo con esto que vaya a explotar: si entra poca guita, lo que generas es estancamiento, pero no explota todo. Puede sí explotar si entran muchos dólares y después se van".
Martín Schorr (septiembre de 2016):
Fuente: Página 12
"La principal oferta pasa por la toma de deuda y su valorización en colocaciones de corto plazo. Esta herramienta, aunque inestable, permitió extender la convertibilidad hasta su explosión en 2001. Si ese es el camino, sabemos cómo termina".
Ricardo Aroskind (marzo de 2017):
Fuente: Universidad Nacional General Sarmiento
"La inexistencia de la prometida “lluvia de inversiones” no fue una casualidad, ni un leve error de cálculo. La forma de funcionamiento del mercado mundial, y especialmente de las firmas multinacionales productivas, no se rige por las conveniencias políticas de los gobiernos periféricos de turno, ni mucho menos por las declaraciones de fe neoliberales de los gobernantes. Hace cálculos racionales, económicos y políticos, de largo plazo para definir inversiones permanentes. En ese plano, Argentina conserva una enorme distancia económica, política, y geográfica, con el perfil de países hacia donde fluyen en masa los recursos productivos y tecnológicos de occidente. En cambio, el capital financiero, que realiza ganancias en plazos mucho más breves, sí encuentra sumamente interesantes los gobiernos que les proporcionan posibilidades de altos beneficios en plazos relativa mente breves y con bajos riesgos. Así se explica el comportamiento de la economía argentina en su relación al mundo durante 2016, y el nuevo endeudamiento público en casi 45.000 millones de dólares, que no fueron a inversión productiva pública, sino a solventar gasto corriente. Eso significa que ninguno de los recursos tomados prestados del exterior se ha utilizado para aumentar la capacidad de repagar los abultados compromisos que se están asumiendo".
Andrés Wainer (septiembre de 2017):
Fuente: Arte Política
"Uno puede ver que hasta el momento no se han resuelto las cuestiones estructurales, de fondo, que se criticaban. No hay una solución de la situación externa del país a partir de generar nuevos sectores exportadores sustentables. Básicamente se cerró el capítulo con los buitres pagándole y se volvió a los mercados financieros internacionales y a un nuevo ciclo de endeudamiento, el más fuerte desde la dictadura para acá. Esto permite traer esos dólares para permitir desarmar estos controles, liberalizar la economía.
Estos ciclos de endeudamiento y en tanto ese endeudamiento no esté orientado a producir una modificación sustantiva de la estructura productiva terminan en grandes crisis, que ya lo hemos vivido".
Instituto de Trabajo y Economía Fundación Germán Abdala (octubre de 2017)
Fuente: ITE
"Externamente, porque es fundamental que las condiciones de acceso al financiamiento en los mercados globales (en precios y cantidades) tanto del sector público como del sector privado no se vean negativamente alteradas durante el trascurso del próximo año, ya que una disrupción en los flujos financieros (sea por un incremento en la percepción global del riesgo, por un cambio en el sesgo de política monetaria en los países desarrollados o una combinación de ambas), en el marco de una economía abierta, forzará un abrupto ajuste en la demanda doméstica alterando de forma decisiva el escenario macro hasta aquí analizado".
Jorge Gaggero (noviembre de 2017)
Fuente: Arte Política
"Si uno ve las iniciativas que apuntan a estimular la inversión y/o mejorar la competitividad empresarial, no son menores. La experiencia histórica, y sobre todo el período de la convertibilidad, indica que esfuerzos grandes en esta dirección son inútiles cuando el modelo económico (la macro) en las que están insertas dichas reformas, tiran para abajo, no para arriba el nivel de actividad. Entonces, usando una expresión popular, el peligro es que tiren “margaritas a los chanchos”. En la convertibilidad, este tipo de medidas no pudo compensar la pérdida de competitividad, la destrucción de empleo, y la dinámica perversa que llevó finalmente a su caída. Lo que quedó de aquélla época es un sacrificio fiscal enorme para intentar enmendar las condiciones macro. Recuerdo, por ejemplo, los pactos federales que impulsó Cavallo, y que no sirvieron para nada.
El riesgo de que hoy ocurra lo mismo es muy alto. Ya no tenemos convertibilidad, pero sí tenemos una política económica, a mi juicio errada, neoliberal, que abre fronteras, en un momento global muy complicado por otra parte".